¿Por qué cuando no te tengo te extraño?
Y cuando te tengo, te odio.
Eres el bien y el mal al unísono.
Eres la mentira y la verdad.
La ilusión y la tristeza…
La alegría y el llanto.
Pero te tuve y te probé.
Luego abrí los ojos y entendí,
Que más allá de las contradicciones, estaba siempre yo.
Al fondo del problema,
Siempre yo.
Yo, con el alma caída.
Yo, con la vida hecha trizas…
Con las manos sangrantes.
Llena de ilusiones destrozadas
Y palabras malgastadas.
Al fondo de ti y de mi, siempre estaba yo.
Sin saber por qué ni hasta cuando.
Sin entenderme,
Sin entenderte.
Hablando a oídos sordos.
Caminando a ciegas.
Hasta que encontré el camino que buscaba…
Y me fui de ti.
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